¿Hoy qué hacemos mami? Es una de las preguntas que más me aterrorizan estos días de vacaciones. Si bien estoy resuelta a dejar que se aburran e inventen sus propios juegos también es genial organizar algunas salidas familiares, de esas que disfrutamos todos y después se convierten en hermosos recuerdos de experiencias compartidas. Uno de los programas que más aplausos se llevó de todo el verano fue la visita al Laberinto de Los Cocos. Fuimos en familia, con tíos y abuela incluidos y nos divertimos un montón: hicimos dos equipos y jugamos a ver quién llegaba primero al centro del laberinto.
Había varios chicos jugando y me encantó ver la cara de fascinación que tenían. Los laberintos encierran siempre un misterio, nos ponen a prueba, nos desafían y nos contactan con la necesidad de buscar y de hacer frente a las dificultades que se van presentando. Por eso, además de lo divertido que puede resultar me parece genial para los chicos porque les da la posibilidad de aprender jugando: a no rendirse, a volver a empezar una y otra vez y a cambiar de estrategia manteniendo la meta clara. Y hacerlo en equipo suma ventajas porque genera complicidad y la necesidad de ponerse de acuerdo y elegir juntos un camino a seguir.
Inspiración griega
El laberinto está inspirado en el mitológico laberinto de Creta, contruido por Dédalo para el rey Minos y dónde fue encerrado el Minotauro, una bestia temeraria de cabeza de toro y cuerpo humano. La leyenda cuenta que sus pasillos eran tan enmarañados que quienes entraban no podían salir jamás.
Sobre el lugar
El laberinto está dentro del Parque Recreativo el Descanso, que es un predio muy grande con distintos jardines todos muy cuidados y varios edificios de estilos arquitectónicos muy diferentes entre sí. Varios de estos edificios funcionan como museos de diferentes temas: museo romano que muestra algunos hitos de la Roma Antigua, un museo dedicado a ciertos pasajes de la historia argentina con un área de jardín con bustos de presidentes argentinos y otro dedicado a la etapa colonial y que muestra ciertas escenas de la vida de los gauchos, los aborígenes y los conquistadores españoles, hay también un emprendimiento de apicultura donde se puede comprar jalea real y distintos productos a base de miel pura de abejas y un pequeño salón con espejos donde se venden piedras semipreciosas. El conjunto, aunque está bien limpio y muy bien mantenido es bastante extraño y grandilocuente, da la sensación de que quienes lo diseñaron no terminaron el proyecto completo. De todas maneras el laberinto vale totalmente la visita y el resto es un extra que puede resultar divertido, nosotros lo recorrimos todo.
Te Cuento Datos
Cómo llegar
Desde Carlos Paz siguiendo la Ruta 38 hasta La Cumbre y luego a Los Cocos.
Tarifas
Adultos $300 ( Nosotros éramos ocho en total y de los cuatro adultos que deberíamos haber pagado tarifa completa nos cobraron solo tres a modo de descuento)
Niños sin cargo
Descuentos para jubilados y pensionados