Tenía muchas, muchísimas ganas de escribir este post y dedicarlo especialmente a los aventureros, a esas almas foodies que disfrutan como niños ante un maravilloso regalo cuando se sientan a la mesa de un nuevo restaurante, a los curiosos que buscan sabrosas experiencias, a los paladares inquietos con hambre de nuevas propuestas. Para todos ellos, Te Allegra, es cita obligada y ahora te cuento por qué.
Entrar en este acogedor restaurante de las sierras es como llegar a la casa de la abuela, ese espacio lúdico y cálido donde todo es rico, agradable y lleno de cariño. Por la tarde huele a torta recién horneada, a canela y a chocolate. Y como en la casa de una abuela siempre hay cosas lindas para ver y para hacer: hay lápices de colores, mandalas para pintar, libros e instrumentos musicales. En el jardín, que me recuerda los coloridos y famosos patios andaluces, hay mucho verde, plantas aromáticas, una pequeña huerta de estación y una hermosa fuente.
La carta de este restaurante vegano, de Verónica Aguerregaray en La Cumbre, fue diseñada por la especialista en alimentación orgánica viva, Lucía Copello, y propone nutritivas opciones para el almuerzo y la merienda. Desde allí promueven la alimentación saludable, orgánica y vegana y conciben el restaurante como un espacio de formación y difusión donde se dictan charlas y talleres.
Llegamos para una merienda y nos sorprendió la variedad en pastelería y panadería. Pedí un té Hora de Alegría (té negro, piel de naranja, azahar y canela, $45) que resultó muy aromático y aterciopelado y lo acompañé con un delicioso y fresco cuadrado de frambuesa y arándanos, elaborado con harina integral. Como fuimos en familia y cada uno se tentó con algo diferente, tuve la oportunidad de probar también el muffin de arándanos ($35), el brownie de chocolate con nueces ($60), el appel crumble ($57) y el budín de chocolate ($35). Todos excelentes en sabor y textura. Especial mención merece el brownie de chocolate de intenso sabor a cacao amargo que en nuestra mesa se llevó todos los aplausos.
Suele decirse que hacer buena pastelería con harina integral no es nada fácil y que hay que tener muy buena mano, el cocinero de Te Allegra, Andrea Vitali, hace gala de ese talento y de un meticuloso control de la materia prima utilizada: harina integral orgánica, azúcar mascabo, semillas orgánicas, leches y yogures vegetales, sal rosada y un largo etc. Una manera de cocinar muy consciente y responsable, buscando siempre saber el origen los insumos que se utilizan.
Probamos también el Noesquick ($80), una exquisita y nutritiva versión de la tradicional chocolatada hecha con leche de almendras, cacao orgánico y azúcar mascabo. Y el café de higo ($46), que fue para mí todo un descubrimiento de esos que nos hacen saltar de la silla de pura y absoluta felicidad: aroma suave, fuerte reminiscencia a las notas tostadas del café y un final bien frutado.
Otro punto a favor de Te Allegra es la excelente atención, todos sabemos que es un área fundamental en cualquier restaurante con vocación de futuro, a nosotros nos atendió Paula que nos explicó con infinita paciencia los ingredientes de todo lo que pedimos.
Hay muchos prejuicios respecto de la cocina vegana y de la alimentación naturista y orgánica y la propuesta de Te Allegra es una excelente oportunidad para librarse de la idea de que comer sano es comer feo. Este restaurante rinde tributo al buen comer, a comer rico y saludable, a disfrutar de lo que comemos y saber qué estamos comiendo. Un lugar para disfrutar, saborear, recomendar y volver.
Te cuento Datos
Te Allegra
Sarmiento 57, La Cumbre
Tel.: 03548 45-2642
Abierto: De 12:30 a 20:30 hs. (Almuerzos y meriendas)
El dato: Desde el año pasado elaboran una línea de galletitas dulces, cookies y crakers de semillas que muy pronto podrán comprarse en Córdoba.