Muchas veces no se puede ir y comprar esa mesa o ese cuadro que nos tiene fascinados y sabemos que quedaría perfecto en nuestro espacio, hay quienes tenemos un talento natural para entrar en una tienda y caer perdidamente enamorados de un mueble o un objeto que resulta ser de los más caros. Sí, me sucede a menudo (¡aymamitaquébroncaporfavor!) y aunque casi siempre me prometo a mí misma comenzar a ahorrar desde ese preciso momento para comprarlo en el futuro, la realidad es que en el «mientras tanto» hay que seguir viviendo y si puede ser rodeados de cosas lindas, mucho mejor. Por eso es genial animarse a dar una vuelta de tuerca y reciclar o darle nuevos usos a cosas que tenemos en casa.
Esta mesa ratona la hicimos con la caja de corcho en la que vino la bacha del baño de visitas, hubo que adosarle un pie para que no quedara tan bajita y usamos uno bastante viejo, de hierro, de cuatro patas, que era de una mesa que se rompió hace tiempo. Las patas son feas, rectas, sin gracia y por eso las forramos con hilo de arpillera color natural, que me había quedado de uno de los primeros post del blog, cuando hicimos el canasto organizador partiendo de una caja de cartón.
La caja era perfecta, sólo que las uniones de los lados estaban un poco desparejas y por eso las tapamos con tela de arpillera que está súper de moda, entre otras cosas porque va muy bien con diferentes estilos decorativos. Y luego surgió la idea de añadir una tira de tela de arpillera en la superficie de la mesa para dar un poco de continuidad al conjunto, haciendo juego con las tiras de los costados que tapaban las imperfecciones. La frase la hicimos imprimir en blanco para que contrastara con los tonos tierra de la mesa y la tela. Tardamos unos días en definir la frase y al final nos decantamos por esta que dice: All you need is love… AND TRAVEL, nos gustó mucho como queda sobre la mesa la combinación de la cursiva con la mayúscula. Luego compramos el vidrio a medida y ¡listo! Mesa terminada.
Si bien es muy probable que esta no sea la mesa ratona definitiva para nuestro living me encanta como queda, es única y hecha en casa y eso le da un enorme valor que hace que la disfrutemos muchísimo.
Otro ejemplo de decorar con lo que hay es esta hermosa tela que trajimos hace años de Marruecos y que nos encanta porque es vibrante, cálida, su gran tamaño hace que se luzca muchísimo y porque nos recuerda la maravillosa Marrakech, y su ajetreado, ruidoso, exótico y colorido mercado.

Bastidor de madera hecho en casa
Para colgarla mi marido armó un bastidor de madera bastante simple que la mantiene bien tensa. Nos gusta porque sentimos que aporta color y buena energía al ambiente. Claro que un gran cuadro o un hermoso mural quedarían perfectos en ese muro que pensamos justamente para eso. Pero tiempo al tiempo, la tela queda muy bien y no nos cansamos de apreciar sus colores que van variando de intensidad de acuerdo a la luz que recibe.
Espero que te haya gustado este post sobre buscarle la vuelta a la decoración de la casa y reciclar objetos o darles otros usos. Muchas veces son ésos los objetos a los que luego nos sentimos más apegados, y con razón, porque hay mucho de nosotros en ellos.